Interviú poética: «Yo no soy poeta, soy un niño volando su cometa en el ojo de un huracán»

octubre 10, 2023


Para comenzar, ¿podrías contarnos un poco sobre vos? ¿Cómo te definís como poeta?

Mi nombre es Rodrigo Nicolás Zamora, tengo 25 años, soy argentino y, desde hace poco más de un año, estoy viviendo en Perú. Me dedico a la mecánica, soy un poco friki, pero también, y no menos importante, soy aficionado a la escritura. Si tuviera que definirme como poeta: «Yo no soy poeta, soy un niño volando su cometa en el ojo de un huracán».


¿Cómo te enteraste de la existencia de Secta Géiser y que te pareció al principio? 

Fue en un tiempo complicado, en el que sentía que no podía seguir escribiendo y pensé darle un cierre a ese ciclo con mi último poemario. Por azares del destino, una miembro de Secta Géiser me leyó y me invitó a formar parte. Entonces, entre dejar de escribir o buscar un nuevo motivo para hacerlo, me tiré por esto último y... acá estamos. Mi primera impresión ante la propuesta fue de sorpresa, más que nada por el nombre, no todos los días te ofrecen formar parte de una «secta». Pero más allá de eso, fue divertido.


¿Cómo eran los miembros? ¿Pudiste formar un vínculo?

Eran más activos que ahora jajaja, pero bueno, eso es más que nada porque teníamos más tiempo libre.  Todos son jóvenes y esa afición por la escritura que llevan, se contagia. A eso sumale la geografía, somos de distintos lugares, y eso enriqueció en parte nuestra cultura. En cuanto a vínculos, por supuesto, he hecho buenas amistades y también me he enamorado de una de los miembros.


¿Qué te parecieron las dinámicas? ¿Cuál fue tu favorita?

Han pasado 84 años... En las que he participado, me han parecido interesantes. Personalmente, no me siento a gusto escribiendo bajo las pautas de otros, así se trate de un taller o un reto literario, pero de la escasez nace la necesidad, y escribir como he escrito con las dinámicas fue una experiencia alentadora, para alguien que antes de la secta se sentía como el Mar de Aral. Mi dinámica favorita fue la de las predicciones, pienso que han salido poemas geniales de ahí.


¿Sentís que pertenecer a la Secta Géiser te ayudó en algún aspecto de tu escritura y/o vida?

Mucho, tanto a recuperar mi escritura y mejorar la calidad de mi poemario que escribí después (Numen), como en mi vida, porque era un tiempo en el que no socializaba mucho, iba de la casa al trabajo y del trabajo a comer y dormir (y dormir más de la cuenta). Estaba quemado. Primero fue el intercambio de lecturas, luego las dinámicas, después llegaron las amistades, y por último el amor. ¿Cómo no podría sentirme agradecido de coincidir con ellos en el camino?


¿Cómo empezó tu gusto por la poesía? 

Mi gusto por la poesía... No sé en qué momento le agarré el gusto, empecé escribiendo como una forma de hacer catarsis. Un día, intercambiando notas con una compañera de clases, estábamos discutiendo sobre mi estado de ánimo, como estábamos a dos bancos de distancia, en medio teníamos un amigo en común que nos pasaba las notas del otro, y como no se quería perder el chisme (o en plan de moderador, pienso a veces), leía las notas antes de entregarlas. No recuerdo ya qué escribí en aquellos papeles, pero le llamó la atención y me dijo que debería escribir cosas de ese estilo, que sonaban como letras de rap. Y bueno, conseguir un cuaderno no es difícil, encontrar tiempo en clases para escribir tampoco, en un año llené un cuaderno de 48 hojas con lo que yo creía «canciones» (sin tener ni la más pálida idea de cómo se componen las canciones). Al año siguiente, llené otro cuaderno, y al año siguiente llené otro más. Supongo que con este último empecé a llamarlo poesía. No lo eran, pero las había hecho yo. Esos cuadernos ya no existen, los quemé por el bien de la humanidad.


¿Qué significa para vos escribir?

Antes, escribir era una vía de escape, era terapia. Nunca he sido una persona que supiera exteriorizar o administrar sus emociones, me costaba comunicarme, a veces hasta se me iba la voz y me sentía en otro plano cuando se hablaba de temas sensibles y tenía que involucrarme en esas charlas, no podía. Es una sensación desesperante querer gritar y al mismo tiempo algo dentro tuyo te tapa la boca, te estrangula para que no hables, y duele muchísimo. Por eso también, ahora que lo pienso mientras escribo esto, me siento agradecido con mi amigo, que de no ser por su apreciación sobre lo que he escrito en una discusión cualquiera en un salón de clases, quizá no me hubiese apoyado en la escritura. Sé por anécdotas que hay gente que va al psicólogo y una de las actividades terapéuticas que sugieren estos es que el paciente escriba un diario. Sé que, por cómo era, nunca lo hubiera hecho si acudía a un profesional y me aconsejaba que lo hiciera. 

Recuerdo que había cosas en esos cuadernos que tenían la intención de impresionar a ese amigo, como lo habían hecho las notas, y le pasaba el cuaderno para que las leyera, y él también escribía una continuación de esas cosas, como si fueran canciones a dueto. A veces me daba su cuaderno y yo escribía en él, y con el tiempo pasamos del papel a los mensajes, y se volvía una suerte de competencia por ver quién sacaba un mejor verso, quién escribía más largo o más intenso... Valoro mucho ese vínculo. Aquel voraz lector había creado un aficionado, y ojalá poder poner en sus manos algo mucho mejor que los garabatos que alguna vez recibió sin juzgar.

Ahora escribir para mí es eso, una afición, un proceso en el que puedo gestionar mejor mis emociones y disfrutar de las actividades de mi día a día, mientras pienso «tal vez podría llevar a este personaje por otro lado y que pase x... cuando llegue a casa lo veo».


¿Qué te inspira a escribir ?¿Tenés un objeto lírico/musa para la escritura?

Para mí, la inspiración está en muchos factores y se ve potenciada por la planificación sobre lo que quiero escribir. No siempre tengo el estímulo para crear algo que surja de forma espontánea, a veces ese estímulo viene después. Voy a explicarme con un ejemplo real. Quise escribir un poema con aires de un escritor que me gusta: tenemos a Borges. Borges ha escrito sobre espejos, infinitos, reinterpretado otras literaturas en su literatura... tenemos un tema y un estilo. De los poemas en general, me gusta la musicalidad, que tengan rima, una métrica... como me gustan raperos como ZPU y Nach, que tienen una cadencia de rimas frecuente, tengo esas referencias. Bajo esa premisa, quise escribir un poema de cuatro estrofas, con aliteraciones, un tema complejo, como el infinito (que recuerdo haber leído en un poema suyo sobre los espejos), surgió la pregunta: ¿Qué puede reflejar un espejo que resulte impactante? Una presencia aterradora, un destino fatal... la belleza en lo fatal, hay dos personajes en la literatura que son bellos y tuvieron un final trágico. Con todo esto, ese estímulo que llamamos inspiración llegó, le dio forma a todo esto y nació «Dorian Gray y Narciso se miraron». Todas nuestras experiencias son un objeto lírico, todo es una musa en el momento apropiado. Todo ese proceso habrá llevado días gestándose, para que luego quedara manifiesto el poema en una noche.


¿Tenés algún proyecto literario en proceso? 

Tengo varios, ya no centrados en la poesía. Siento que en ese terreno ya he escrito bastante, por ahora. El año que viene tengo pensado publicar una antología o una novela en Wattpad, lo que termine de escribir primero. Me hace más ilusión la antología, por resultarme más diversa.


¿Cuál crees que es el propósito de la poesía en la vida?

Ayer un chico me pidió que lea su obra para hacerle una crítica y con ello poder editarla, y mientras le explicaba sus fortalezas y puntos débiles, me di cuenta que también estaba exponiendo los míos, entre ellos, he meditado sobre lo que es la poesía. Voy a citar ese fragmento a continuación:

Poema y poesía no son lo mismo. Podés tener un poema que carece de poesía, como puede haber poesía en todo sin necesidad de que exista el poema. Como poeta, hacés poemas, la poesía es un efecto, es el fenómeno que enaltece la virtud de aquello que percibimos; algo que nos conmueve, nos transmite un estado de ánimo más elevado, que sobresale de lo cotidiano. Hablamos de la forma, del deleite, de los instintos... ¿Puede el poeta hacer más bella la imagen de un hombre contemplando por primera vez el mar? ¿La de un ave que ves a través de tu ventana, alimentando sus crías, mientras vos estás desayunando? El poeta retrata o reinventa el momento; recrea los sueños a través de las palabras, como otros artistas con el dibujo, la pintura, la fotografía, la arquitectura, la música... Todo tiene su arte, y el artista en su campo reinterpreta la poesía del mundo que lo ha elevado para hacer llegar al resto del mundo esa experiencia. Claro que no va a ser la misma, pero esa experiencia artística engendra nueva poesía.

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